Encuadernación grapada, una opción práctica para trabajos de pocas hojas

La encuadernación grapada es una de las formas de empastar un documento que más se usa en el sector. Se trata de un tipo de encuadernación sencillo y que resulta especialmente útil cuando se tienen volúmenes modestos, de pocas páginas. Además, tiene algunas ventajas que la diferencian de las demás formas de enlomar un documento que se ofrecen en una imprenta.

Los tipos básicos de encuadernación

Para conocer en profundidad el proceso y las ventajas que ofrece el encuadernado con grapas, es también interesante saber cuáles son las otras opciones. Aunque hay muchas formas de empastar los pliegos de un volumen, hay otras tres que compiten en popularidad con las grapas:

Espiral: consiste en realizar una serie de agujeros en el borde del volumen con una máquina industrial, por donde se podrá introducir una espiral. Esta puede ser plástica o de alambre, simple o doble, dependiendo de las dimensiones del documento y del presupuesto del que se disponga. Es uno de los métodos más baratos.

Pegado: este tipo de encuadernación se consigue pegando el borde de las hojas al lomo del tomo con cola. Hace unos cuantos años esta opción no era tan recomendable, ya que se corría el riesgo de que las hojas se despegasen y el libro acabase por deshacerse. No obstante, las nuevas tecnologías han conseguido métodos de pegado mucho más resistentes, por lo que este ya no suele ser un problema.

Cosido: esta sigue siendo una de las formas preferidas a la hora de encuadernar un documento. Para conseguirla hay que dividir el volumen en bloques, conocidos como cuadernillos, y unirlos con una costura. Cuando están listos todos los cuadernillos deben pegarse al lomo. Es un método con bastante tradición y que da buenos resultados.

¿Cómo se hace el encuadernado grapado?

Además de los otros tipos de empastado, el encuadernado con grapas también es uno de los más usados en todas las imprentas del mundo.

Es proceso es similar al del encuadernado cosido, pero en este caso en lugar de usar aguja e hilo, se usan grapas metálicas para unir el cuadernillo. Para ello es necesario utilizar una grapadora de palanca, también conocida como cosedora de alambre eléctrica, término que resalta su relación con el método del cosido.

Las grapas, por su parte, son pequeñas piezas de alambre de acero inoxidable, normalmente, que atraviesan la parte central del cuadernillo, manteniendo las hojas juntas. Es posible encontrar tanto el formato normal como las llamadas grapas omega. Estas últimas tienen forma de herradura, de gorma que sobresale un trozo una vez el cuadernillo esté listo. Esto sirve para archivar o unir entre ellos los distintos volúmenes.

El número de grapas que se aplican depende del volumen de hojas a encuadernar. En tamaños pequeños, A5 o menos, es habitual encontrar tan solo una grapa en el centro del lomo. Cuando se trata de volúmenes más grandes, lo más común es colocar dos grapas, una en la parte superior y otra en la parte inferior.

Por último, es fundamental señalar que la encuadernación grapada funciona tan solo cuando tenemos un máximo de 120 hojas. Si el volumen es de un tamaño mayor habrá que optar por otro método, ya que las grapas no conseguirán sostenerlo. En cambio, si se trata de un cuadernillo muy pequeño, por ejemplo, de seis hojas, bastará con escoger el tamaño de grapa adecuado.

Las ventajas de encuadernar con grapas

El encuadernado grapado destaca entre las otras opciones por varios motivos. Primero, se trata de la forma de empastado preferida cuando se tiene un volumen muy pequeño. Las espirales, por ejemplo, no trabajan bien con tan pocas hojas, pues no es tan sencillo encontrar el diámetro adecuado para estos casos.

Por otra parte, también se trata de uno de los métodos más rápidos. Esto es especialmente importante si se compara con la técnica del cosido, que requiere mucho más tiempo y dedicación. Por último, el grapado es uno de las soluciones más baratas. No resulta necesario tener máquinas demasiado específicas, como en el caso de las espirales, ni su calidad depende del tipo de encolado usado, como en el método del pegado.

¿Para qué se usa este tipo de encuadernación?

Puesto que encuadernar con grapas funciona mejor con volúmenes pequeños, es la forma perfecta de encuadernar revistas grapadas, folletos o catálogos. Cualquier documento de proporciones modestas y con presupuesto ajustado se puede encuadernar con este método.

También es la forma de encuadernar documentos que vayan a almacenarse o a coleccionarse, como es el caso de las revistas. Las espirales, por ejemplo, complican el guardado por su forma. En cambio, las grapas ofrecen lomos lisos y fáciles de recoger.

En definitiva, la encuadernación con grapas es una forma simple y versátil de dar el formato final a un documento. Por ser uno de los tipos de empastados más sencillos, resulta bastante fácil encontrarlo en la mayoría de imprentas y también suele ser una de las encuadernaciones que sale mejor de precio.